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Fiesta Ritual de la lluvia en la comunidad de Tiwanaku – Cohoni. 

Culminando el mes de diciembre de 2016, presentamos un programa sobre la ritualidad a la lluvia en la Comunidad Tiwanaku ubicada a las faldas del cerro sagrado Illimani (La Paz, Bolivia). En el programa número 04 de PachaKamani, se comenta sobre las formas de ritualidad practicadas en dicha comunidad, para lo cual dialogamos con el jilata (hermano) Adelio Laura “Pacha Sartawi”, achachila, músico, y autoridad de la comunidad de Tiwanaku – Cohoni, quien desde su perspectiva relata también su parecer sobre la permanencia de la ritualidad y su relación con la música, así como las transformaciones que vive su comunidad.


- Introducción: Fragmento del paisaje sonoro de la “caja” (wankara) que se toca mientras la comunidad trabaja en la limpieza de los canales de agua.

- Presentación Adelio Laura “Pacha Sartawi” de la comunidad de Tiwanaku, cantón Cohoni, provincia Murillo de La Paz, a las faldas del sagrado Illimani (achachila protector y de las comunidades y de la ciudad de La Paz).

 - Rituales del año: Rituales a las estrellas (3 de mayo) para que orienten cual será el tipo de siembra. Agosto o “lakan phaxsi” ceremonia para Kuntur Mamani para la casa, illas e ispallas. Noviembre y rituales para los difuntos y los ajayus que han partido. Anjata o Anata (carnaval) y Candelaria para las Ispalla para las chacras.

- Rituales para la Lluvia: El rol del rayo, el viento, granizo y su influencia en la lluvia. El recorrido ritual por diferentes sectores del Illimani y la sucesión de ofrendas, los cuales se realizan desde agosto, septiembre, octubre y noviembre. Recolección del agua en diferentes lugares: Lago Titicaca, Illlampu e Illimani. Descripción de las fiestas, la música y la ritualidad.

- Cargos rituales: El Achachila, Campo, Jilaqata
- Influencia de la religión “cristiana” para la perdida de varios aspectos culturales de las comunidades.

- Música de Pinkillada de la Comunidad de Tiwanaku, cantón Cohoni (La Paz-Bolivia).


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La ritualidad andina establece la relación entre los seres sagrados, los humanos, los animales y la naturaleza.  Los seres sagrados otorgan dones y los humanos en reciprocidad los alimentan con mesas rituales que son su comida. La comida ritual se otorga en espacios y tiempos relacionados al ciclo productivo, para garantizar la productividad y fecundidad de los cultivos. El ciclo ritual anual tiene estrecha relación con el ciclo agrícola y el ciclo climatológico. 

PachaKamani propone este post presentando el programa de Radio Nro 01, dedicado a la ritualidad aymara del mes de agosto. Al mismo tiempo, invitamos a la Exposición realizada sobre este mismo tema en el Museo Costumbrista "Juan Vargas" (calle Jaen y frente al Parque Riosiño, La Paz-Bolivia), el cual se inauguró el martes 09 de agosto del 2016.


La importancia ritual de agosto
Agosto es un período de gran importancia ceremonial en el altiplano aymara ya que es el “tiempo entre el fin y el comienzo”. Es el momento en que la tierra (pachamama) se “abre” para recibir las ofrendas rituales que necesita para recuperar su vigor y fortaleza una vez transcurrido el invierno. En éste mes las familias aymaras realizan ofrendas en las chacras de cultivo y acuden a las cumbres de los cerros donde se encuentran los venerados achachila, awicha, wak’a, uywiri (protectores que habitan en las montañas); al realizar la quema de las mesa/waxt’a satisfacen el apetito que las montañas y la tierra padecen antes de iniciarse el nuevo ciclo productivo. Una vez efectuado el ritual, la tierra aparece simbólicamente preparada para que comiencen las labores de la siembra en todo el altiplano a partir de septiembre y octubre.

Significado de las mesas/waxt’as 
En el altiplano de Bolivia, se emplea más el término mesa. Lo mismo sucede entre los uru-chipayas próximos al lago Coipasa en Oruro, así como entre las poblaciones quechuas de Oruro, Norte de Potosí, Cochabamba y Sucre. La denominación mesa es compartida en ciertos contextos urbanos con el de q’uwacha, q’uwada, o q’uwachar por la presencia de q’uwa, especie herbácea de altura de aroma peculiar, que forma parte de los ingredientes habituales de las mesas. Coexiste junto a la mesa, la denominación de waxt’a (“obsequio”, “regalo”). Por otro parte, mesa es igualmente la denominación más frecuente utilizada por los kallawayas de la provincia Bautista Saavedra así como por aquellos migrantes que ofrecen sus servicios curativos y rituales en la urbe.
Las principales mesas/waxt’as empleadas en el mes de agosto, son dos:
Gloria mesa / janq’u misa / mesa de salud: Es la ofrenda que se caracteriza por el color blanco de todos sus ingredientes y por el cual se solicita principalmente la salud y bien estar espiritual. En las ciudades, se presenta en ritos a los santos y vírgenes. Asimismo, es una ofrenda para los Apu Wak’a Marani Achachilas, que son los cerros, el viento, el granizo, la helada, son los padres que crían a los seres humanos son los ajayus uywiris mayores de todos que se localizan en el alaxpacha.
Misa kulura / mesa de color / wajt’a pachamamataki: Es una mesa/waxt’a multicolor, ésta se ofrece a los ajayus y uywiris, y está relacionada con la continuidad de la producción de distintos alimentos y favorezcan la reproducción de los animales; así como al kuntur mamani, espíritu protector de la casa, aspecto que prima en las peticiones urbanas.

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NOTA DE PRENSA publicada por La Razón:
http://www.la-razon.com/sociedad/asi_va_la_vida/Revalorizan-Bolivia-ofrendas-indigenas-alimentan-agosto-Pachamama_0_2547945232.html

ALASITA, FIESTA DEL EKEKO

[En la polémica del origen de las Alasitas y del ekeko publicamos un artículo, como muchos otros, publicados en el 2006 que ratifican a Bolivia como se epicentro de práctica y origen]

Esperanza, prosperidad y encuentro. Es la fiesta de Alasita, aglomera a un gran número de personas que se reúnen para adquirir miniaturas que simbolizan algún objeto que se quiere obtener en el transcurso del año. En Alasita los artesanos en miniatura elaboran documentos, alimentos, ropa, adornos, muebles, accesorios, artefactos del hogar y del trabajo, edificios, casas, terrenos, dinero, autos, todo lo que pueda imaginar que representan el cotidiano vivir de la gente este donde este.
El 24 de enero de cada año, es dedicado a esta actividad cuyo principal personaje es el ekeko, iqiqu, o simplemente ekeko, es una deidad que simboliza la abundancia, su actual figura es la de un hombre gordo cargado de muchos objetos y un cigarrillo en la boca, los brazos extendido, cuyas manos agarran billetes.
La tradición estipula que debe comprarse estos objetos de miniatura a las 12:00 del medio día, por significar una “buena hora”, para realizar esta compra y tener asegurada su adquisición real a lo largo del año o en el futuro.
En el pasado precolombino y republicano se acostumbra a guardar objetos pequeños que simbolizan la producción, como protección de estos productos para que la vida de la comunidad sea prospera
Actualmente, las autoridades comunitarias, mama t'alla y jilaqata están consignados a tener guardado replicas de la comunidad, vale decir, figuras de llama, alpacas, ovejas, toros, productos de la chacra como papa, chuño, granos y otros, que se convierten en illas que son amuletos que atraen la abundancia a la comunidad.
Cada persona casada o soltera, hombre o mujer, le corresponde una clase de illa, así existen illas de protección contra las enfermedades, las maldiciones y otras que buscan garantizar la prosperidad personal o familiar.
Al comprar una miniatura en Alasita se convierte en una illa, que debe ser ch'allada (rociada con vino, alcohol, flores y coca) intercomunicando al objeto, la persona que compra con las deidades de la pachamama (madre tierra) y los achachilas (los cerros) quienes facilitan en el futuro que el objeto comprado sea real. La religión católica aprueba estas manifestaciones culturales, precisamente algunas personas que hacen ch'allar recurren también a la bendición del sacerdote combinando ambas creencias.
Las illas de producción (ganado y producción de la chacra) tienen otra faceta, se han convertido en pasaportes, autos, casa, ropa, etc., que simbolizan la vida urbana, ejemplo que las creencias aymaras han transcendido las costumbres urbanas, llegando a otros estratos sociales quienes son ahora, los que mantienen la creencia de prosperidad comprando miniaturas. Las miniaturas que reflejan la esperanza de obtención de deseos “pequeños” hechos “grandes”.

Gloria Villarroel s.
Artículo publicado el 2006 en: http://www.winaybolivia.com/articulos/alasita_art.htm

El Anata Andino en Oruro

“…Todas las celebraciones católicas, mantuvieron el calendario de las celebraciones nativas…”
Josermo Murillo V.

Marco A. Zabala M.*

El Anata es una celebración simbólica y representativa del tiempo en que los cultivos han florecido, está vinculado al trabajo agrícola de las comunidades andinas. Ello se expresa en las cargas de flores y productos que son llevados por quienes participan de la entrada que se celebra este jueves en Oruro.

Los participantes llegan a la ciudad de las distintas provincias del occidental departamento, con sus propias características en cuanto a música, baile, indumentaria, según la región. Hay que destacar la participación de las personas con doble residencia (campo – ciudad) en esta celebración, que juegan un rol muy importante en la organización de los distintos grupos.

El Anata Andino, fue organizado por primera vez por la Federación Única de Trabajadores Campesinos de Oruro, manteniéndose así hasta ahora. Se ha convertido en uno de los principales atractivos que ofrece la ciudad de Oruro durante las fecha de carnaval, aunque, por supuesto, con su propio sentido y significado relacionado con el respeto y agradecimiento hacia la “madre tierra” dentro la cosmovisión de los pueblos originarios.

El Anata Andino no escapa a la mirada de los habitantes de la ciudad de Oruro. Muchos vivimos y observamos esta celebración con diferentes enfoques: unos, con admiración y respeto; otros, con indiferencia. Sin embargo, para poder conocer un poco más de su origen conviene apuntar algunas relaciones históricas que tiene esta celebración y la trascendencia que tuvo en tiempos pasados en la región.

La celebración del “Anata” data de muchos años atrás, quizás con otros denominativos. Según algunos autores, los pueblos antiguos que habitaban esta región tenían sus propias deidades. Con el transcurrir del tiempo fueron transformándose por el efecto de migraciones. Estas últimas fueron generadas por la búsqueda de riquezas mineras, pues el trato económico y social en esta región era mejor que en Potosí.

Las tradiciones de los pueblos ancestrales, sin embargo, se van desarrollando en el entretejido social de la ciudad de Oruro, como en el caso que nos ocupa. En lugares aledaños, sin embargo, mantenían su “original” celebración – claro - con algunos cambios producidos por la dinámica cultural.

La Anata llevó su propio camino en el área “rural”, y ya en el contexto “urbano” se fue complementando con otros símbolos y sentimientos que fueron importados de otras latitudes del mundo. La espiritualidad ancestral todavía tiene una fuerte influencia en el vivir de muchos de nosotros, sino directamente, por lo menos como referente de nuestros allegados. Es normal para mucha gente realizar k’oas, y agradecer a la tierra (Pachamama), Dios o la Virgen, para que nos favorezcan en nuestros pedidos. Sentimos el reflejo de la dinámica social constante que ha estado latente en nosotros, y eso nos debe permitir acercarnos: “otros a otros”, “otros a mi”, “yo a los otros”, permitiéndonos ver que los supuestos diferentes caminos nos llevan a un solo fin como seres humanos. La necesidad de reconfortarnos espiritualmente con diferentes manifestaciones, en este caso el agradecimiento por los dones de la naturaleza, esto es “El Anata Andino”.

*Marco A. Zabala M. es investigador de la Unidad de Cultura del Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA).

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Fuente: PIEB
Fecha de publicación original: miércoles 18 de febrero de 2009
Dirección URL: http://www.pieb.com.bo/nota.php?idn=3586

Gloria Villarroel Salgueiro
Antropóloga
chaskawara@yahoo.es



En el tiempo de Jallupacha o tiempo de lluvia se lleva a cabo la fiesta de Todos Santos, es originariamente el encuentro con nuestros antepasados quienes llegan para hacer crecer lo sembrado, aspecto que no puede ser explicado científicamente, cómo las almas (alma en el vocabulario castellano, ajayu en aymara) pueden hacer crecer los productos sembrados, pero se constata cuando ya en el tiempo de la cosecha, posterior a carnavales, se sacan los productos especialmente grandes y crecidos como no ocurre en otra época del año.
Todos Santos así llamado por la intronización de la fe cristiana es un ritual antiguo dirigido a las almas de nuestros antepasados que viven en las montañas o achachilas, en los ríos, los lagos como la quta mama y la Pachamama estas almas cuidan y guían a la comunidad todo el tiempo, en esta fecha se efectúa el encuentro de reciprocidad para devolver los favores recibidos y continuar así con el ciclo del ayni, ya que no solo es recordar a los que se fueron es un encuentro de reciprocidad con nosotros y ellos, durante todo el año. Ellos son parte de toda la comunidad y en Todos Santos se restablece los lazos de parentesco con los respectivos parientes con quienes se vincula un alma.
El tiempo de Jallupacha es tiempo de fertilidad, para iniciar la vida no solo alimenticia, también social, antiguamente en este tiempo se hacía bautizar a los niños, para que formen parte de la comunidad como miembros socialmente reconocidos, no solo para el niño o niña también para la pareja ya que a partir del bautizo de los hijos, la pareja inicia el proceso de establecimiento de relaciones sociales fuera del núcleo familiar, el compadrazgo. Al establecer los lazos matrimoniales pasaron a formar parte de la comunidad como jaqi o persona completa por ello el casamiento en aymara se llama jaqichasiña que quiere decir “hacer una persona”, es decir, persona social de la comunidad con deberes y derechos. Entonces Todos Santos es tiempo para iniciar la vida en la chacra, en la familia y por ende de la comunidad.
Uno de los elementos de la mesa del difunto es el pan, este no era propio del ritual, el pan fue introducido en la época colonial, esta relacionado a la hostia y al rito de la ultima cena, lo mismo ocurre con la creencia en el cielo y el infierno, el bien y el mal, el temor a un ser maligno, este pensamiento divide los espacios entre lo bueno y malo, esta concepción no es compartida con los pensamientos aymara y quechua, ya que la naturaleza forma un todo en equilibrio, donde nada es mas y nada es menos, existe una relación de complementariedad y reciprocidad, lo mismo que las almas no van al purgatorio, al infierno o al cielo, las almas van a los achachilas y la Pachamama para proseguir con la vida comunitaria. Los comunarios cuentan que al morir, el alma retorna al achachila, antes debe cruzar barrancos y ríos, el alma tiene la guía de un perro negro, por ello los ancianos premeditando su muerte crían un perro negro para que este les guíe en ese camino al achachila, como es el caso de Dña Domitila Calle de la Comunidad de Chojñacota de Oruro, de aproximadamente 72 años de edad, buscaba comprar un perro negro para ser su compañero y guía en el viaje del alma.
La mesa (apxata) de "Todos Santos" hace referencia a la unión de los espacios Alax Pacha, Aka Pacha, Manqha Pacha, por tanto es un tiempo de equilibrio entre las fuerzas de la naturaleza por ello cuando graniza o llueve el día del despacho del alma (2 de noviembre) quiere decir que las almas estuvieron con nosotros, empieza el baile con la pinkillada; el pinkillu es un instrumento cuya música traerá la lluvia para regar los campos. La lluvia es también vida, sin agua nada en la tierra podría crecer y vivir, este es un ejemplo más que constata que Todos Santos es tiempo de vida más que de muerte. Todos Santos tiempo de encuentro y continuidad de vida biológica, social y comunitaria.
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1. Artículo publicado en EL DIARIO, en fecha 2 de noviembre de 2001, con el título “Todos Santos. Tiempo de Vida y Muerte”. Este artículo ha sido modificado para la publicación actual.
2. Fotografías: Squentan. Todo Santos en la localidad de San Andres de Machaca (2007).
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Link para DESCARGAR el Artículo: Todos Santos.pdf

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Todos Santos: Encuentro, iniciacion y continuidad de vida by Gloria Villarroel Salgueiro is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 Unported License.

La Ritualidad en la Cultura

LISTA DE ARTÍCULOS:

Artículo 3: TODOS SANTOS: Encuentro, iniciación y continuidad de Vida

Artículo 2: El Mara T'aqa en la comunidad de Pasto Grande

Artículo 1: El Amawt'a





Herman@s:

Otro aspecto ineludible en el estudio antropológico, es el referido a la Ritualidad, entendida desde varias miradas y con la ayuda de ustedes; conformaremos una nueva sección en nuestro blog, allí pondremos a consideración, una serie de artículos que coadyuven o pongan en discusión estos temas.
¡Estén atentos!
Richard

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El Amawt'a


Dentro de la cultural Aymara, el denominativo de Amawt'a se les confiere a aquellas personas que poseen un gran conocimiento de diferentes aspectos de la vida. Generalmente solo son los abuelos. Ya que para llegar a ser un Amanta, la persona debe haberse iniciado en el conocimiento de la medicina natural (Qulliri), para posteriormente abarcar el campo de lo espiritual (Yatiri), estos procesos llevan mucho tiempo, y solo así, después de haber adquirido la suficiente experiencia de vida y madurez espiritual, se obtiene la SABIDURÍA termino que expresa de manera integra el significado de Amanta.


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